HECHOS 9: EL ESPÍRITU SANTO RESUELVE TODO PROBLEMA.

Én los versículos siguientes observamos como resolvía los problemas la primera Iglesia.
Caso 1: Saulo de Tarso desorientaba a los hermanos, quienes aún temían de él como perseguidor de cristianos, y predicaba apasionadamente -como lo hace un nuevo convertido- tal vez con imprudencia, de modo que tuvieron que "sacarlo de circulación" y enviarlo a su ciudad natal, Tarso. "29 y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. / 30 Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso." La Escritura agrega con satisfacción: "31 Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo."

Caso 2: Las ciudades de Lida y sarón necesitaban un avivamiento, que el Evangelio fuera predicado con poder a muchos. ¡Qué mejor que sanar a un hombre paralítico por largo tiempo! "32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida. / 33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. / 34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó. / 35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor."

Caso 3: La comunidad cristiana de Jope perdió a una valiosa discípula, Dorcas o Tabita. Era una mujer laboriosa y servicial, muy necesaria para la obra de Dios. "36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. / 37 Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala." El apóstol Pedro arrodillado frente al cadáver oró a Jesucristo y luego le ordenó a la muerta que se levantara y ésta resucitó. "40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó."
¡Así de simple! La Iglesia de los apóstoles resolvía los problemas con poder, orando a Dios e invocando al Espíritu Santo para que obrase. El Señor nos enseñe a hacerlo del mismo modo en estos días.

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