HECHOS 14: EL ESPÍRITU SANTO NOS DESAFÍA.

La predicación del Evangelio nunca deja indiferentes a quienes la escuchan. La Palabra de Dios siempre nos desafía. Cual el personaje de Shackespeare, podríamos decir creer o no creer, ese es el asunto. El mensaje del Señor es provocativo y causa reacciones. Las personas dicen: yo no me cambio de religión, eso es fanatismo, si Dios existiera el mundo no estaría tan mal, no soy una persona mala por lo tanto cuando me muera me iré con Dios, Él es muy amoroso y recibirá a todos en el cielo, Dios no existe, etc. Siempre hay una reacción.
Cuando Pablo y Bernabé predicaron en Iconio, su Palabra fue poderosa, como suele acontecer hoy día en las grandes campañas de evangelización. Ellos "1 ... hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos." Sin embargo, como Jesús nos advirtió en la Parabola del Sembrador, la Palabra cae en diferentes tipos de almas o terrenos y va a depender de ellas si esa semilla de fe crece o se muere.
Tal como el Maestro nos relata acerca de esos corazones que son como caminos por donde pasa cualquiera y pisotea Su Palabra, asímismo ocurrió con estos nuevos creyentes de Iconio: "2 Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos." Finalmente "4 ...la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles." Tal fue el odio desatado que "5 ... se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos..."

No les restó otra cosa a los apóstoles que huir "6 ... a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina, / 7 y allí predicaban el evangelio." Ellos sabían que había grandes riesgos en predicar el Evangelio, pero las persecusiones y amenazas no les acobardaron ni cesaron de cumplir el ministerio para el cual en Antioquía "26 ... habían sido encomendados a la gracia de Dios ..."

De igual modo hoy día, anunciemos el Evangelio del Reino y no sintamos miedo ni desánimo ante las diversas reacciones de las personas. Ellas necesitan de este mensaje de salvación pero el enemigo de sus almas se opondrá fuertemente. Ese es el sentido de las palabras de Jesús: "34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. / 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; / 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa. / 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; / 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. / 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará." (San Mateo 10:34-39)

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