1 TIMOTEO 6: DEBERES Y DERECHOS
1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. 2 Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.
En la época del
apóstol Pablo existía la esclavitud. El mensaje del apóstol no está dirigido a
que los esclavos se rebelen contra sus amos ni para abolir la esclavitud; no es
un mensaje político sino espiritual. Reconoce que la esclavitud es un “yugo”,
pero les enseña que respeten a sus amos, que los honren pues están bajo su
autoridad. El apóstol siempre visualiza la autoridad que existe sobre todo
hombre y mujer: en el matrimonio ve a Jesucristo como cabeza de la familia, al esposo
por cabeza de la esposa y a los hijos sujetos bajo sus padres. Nos hace ver
todas las relaciones humanas familiares, laborales y ciudadanas, en un orden
dado por Dios. Cuando les enseña a los esclavos cristianos a obedecer a sus
amos y dignificarlos, lo hace para que el
Señor y Su Evangelio sean respetados. De ese modo muchos amos llegaron al
conocimiento del Señor y luego liberaron a sus esclavos, los que se conocía
como “libertos”. Para los que tenían amos cristianos, ordena no considerarlos menos
por ser hermanos, sino servirlos con amor.
En la actualidad
no existe la esclavitud, salvo en algunos lugares del mundo de forma ilegal. Tal
cosa no significa que esta enseñanza no sea para nosotros. Si bien es cierto no
somos esclavos pero sí estamos sometidos en yugo a un jefe que es autoridad en
el trabajo que cada uno realiza. Debemos obediencia y respeto a los jefes, como
una mayor consideración en caso de que sean cristianos. No estemos tan prestos
a reclamar nuestros derechos, más que a cumplir los deberes que tenemos en el
trabajo “para que no sea blasfemado el nombre de Dios”. Hoy en día existe la
tendencia a hacer prevalecer la doctrina secular de los “derechos humanos” por
sobre los deberes, la obediencia y el orden que nos enseña a respetar la
Palabra de Dios. Necesitamos encontrar en la vida cristiana un equilibrio entre
derechos y deberes, entendiendo que Dios tiene el mayor derecho a gobernarnos.
Lo que los
apóstoles hicieron con su prédica fue sembrar en los corazones la semilla de la
fe; enseñaban a esclavos y amos a vivir como hermanos. Con el tiempo esa
semilla de fe y amor daría su fruto. Los pastores que siguieron a los apóstoles
ya soñaban con una sociedad sin esclavos. La abolición de la esclavitud fue un
largo proceso social en el cual la doctrina cristiana tuvo gran peso.
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