1 CORINTIOS 5: CRISTO, PRESENCIA DE DIOS EN NOSOTROS.

“6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”

¿Por qué nos jactamos tanto de nuestra posición de cristianos y la santidad que por Jesús nos ha sido imputada? ¿Por qué a veces nos consideramos superiores a los que no creen en Cristo y los despreciamos, en vez de amarles entrañablemente como criaturas de Dios? ¿De qué nos enorgullecemos tanto si todo nos ha sido regalado por el Señor? Él hizo todo el trabajo de nuestra salvación y por Su misericordia aún nos mantenemos en la gracia. No es buena nuestra jactancia.

Como la levadura que hincha la masa para preparar el pan, así se infla nuestro ego vanamente con la hipocresía de pensar y decir que somos mejores. Somos tan pecadores como los que están en el mundo. La única diferencia es que somos pecadores arrepentidos, es decir conscientes de nuestro pecado. Repito: no somos superiores, como algunos lo afirman. Incluso dentro de la Iglesia hay quienes se creen mejores a sus hermanos porque descienden de padres cristianos y, según ellos, nacieron cristianos, negando con estas palabras la doctrina del nuevo nacimiento. Ningún ser humano es más que otro.

¡Cuánto necesitamos ser limpiados de la hipocresía! Fingimos santidad, bondad, fe, cuando en verdad somos pecadores, comportándonos a veces como personas egoístas e incrédulas de lo que Dios puede hacer. La hipocresía es fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan. Tratamos con aparente simpatía a los que no amamos, pronunciamos palabras mentirosas para quedar bien y hasta negamos la fe por temor al juicio del que no la tiene. Limpiémonos de la vieja levadura, para ser una masa nueva, sin levadura.

Jesucristo es nuestra Pascua. En cada Santa Cena y en cada Semana Santa recordamos y celebramos el sacrificio de Cristo en la cruz por nosotros. No hagamos vana tal celebración con una vida cristiana hipócrita. Como los sacerdotes que presentaban a Dios los panes de la proposición sin levadura, presentemos nosotros nuestras vidas, libres de toda falsedad y pecado. El pan es símbolo de las necesidades más fundamentales del ser humano y su satisfacción. El pan de la proposición o Presencia representaba la provisión de Dios para las necesidades de su pueblo[1]. Mas cuando no hay transparencia, naturalidad ni un corazón recto, no puede haber Presencia de Dios allí. “Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”

Señor: Perdona mis conductas hipócritas, endereza mi corazón y enséñame a actuar con verdad, sin ofender a mi prójimo, pero siendo una persona humilde y sincera. Te lo ruego por Jesús, Cordero Pascual. Amén.

[1] Éxodo 25:29-31; Levítico 24:5-9

Comentarios

  1. Muy buen mensaje para despertar conciencias.
    Gracias!!!!
    Ser limpiados viene como resultado de la decicsión personal de terminar de leudarnos en nuestras virtudes.
    El auténtico sentir de la necesidad de vivir en transparencia y honestidad, viene de la entrega en convicción plena ( fé) La entrega abiertade nuestra vida, viene del arrepentimiento. Una cadena en orden, en que no nos podemos saltar eslabones.
    Cuidado con engañarnos a nosotros mismos creyendo haber alcanzado ya, el tamaño que El nos ha asignado para alcanzar después de una larga y repetitiva trayectoria.............de trinfo en triunfo.

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  2. Muchas gracias por su comentario e importante advertencia.
    Pastor Iván Tapia

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